lunes, 28 de octubre de 2013

Los brasileños luchan por la libertad de expresión en Facebook, Twitter y YouTube

http://online.wsj.com/article/SB10001424052702304066404579125853537157062.html?mod=WSJS_actualidad_LeftTop
 
SÃO PAULO—Brasil está sumido en un debate sobre la libertad de expresión, y en el centro están los usuarios de medios sociales, incluyendo un hombre que se hace llamar "tonto anónimo" (Otário Anonymous en portugués).
La popular figura de Internet investiga presunta publicidad falsa y se queja de ella en YouTube con una bolsa de papel cubriendo su cabeza. En un video, advierte a los consumidores sobre lo que dice son cobros encubiertos cuando invierten en un fondo de Banco Bradesco BBDC4.BR +0.06%SA. "Esto es lo que hacen", dice en el video, imitando a un ladrón armado, disparando con su dedo y embolsillandose un fajo de billetes.
Bradesco determinó que el video era ofensivo y el año pasado ganó un caso contra Google Inc. GOOG +0.43%para que lo quitara de su plataforma YouTube. Google está apelando el fallo.
 
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Canal do Otario
Uno de los videos de Otário
El caso de Otário es uno de cientos que Google enfrenta cada año en Brasil, el país en el que recibe la mayor cantidad de solicitudes judiciales o gubernamentales para quitar material de sus plataformas.
Aunque la Constitución de Brasil protege la libertad de expresión, las leyes del país contra el anonimato y la difamación han sido usadas por celebridades, empresas y funcionarios del gobierno para censurar a sus críticos. Brasil no tiene protecciones, comunes en otros países, que liberan de la responsabilidad a los proveedores de servicios de Internet por el contenido generado por los usuarios.
Esa tensión, entre la libertad de expresión y la protección legal, tiene consecuencias en el mundo real también. En un ejemplo prominente, el cantante Roberto Carlos consiguió en 2007 la prohibición de las ventas de su biografía bajo una ley que requiere que personas famosas autoricen ese tipo de libros con anterioridad. Las ventas de una biografía no autorizada de Lily Safra, una millonaria brasileña, también fueron suspendidas este año. La editorial está peleando el fallo.
Expertos de la industria dicen que es cuestión de tiempo antes de que un caso llegue a la Corte Suprema de Justicia de Brasil, lo que podría determinar de una vez por todas si las personas tienen el derecho constitucional de hacer declaraciones públicas no autorizadas sobre empresas y figuras públicas.
Los legisladores están intentando llenar el vacío con un proyecto de ley que fortalecería los derechos de los usuarios a la libertad de expresión en Internet y limitaría el tiempo que las empresas pueden almacenar datos de los usuarios. Este mes se llevaría a cabo una votación sobre el tema.
Pero incluso con la ley, "la Corte Suprema tendrá la última palabra en los delineamientos que tienen que ver con la libertad de expresión", dijo uno de los autores del proyecto, Ronaldo Lemos, director del Instituto para Tecnología y Sociedad de Rio de Janeiro.
Entre tanto, enormes volúmenes de contenido generado a diario en las redes sociales brasileñas están creando una montaña de casos en los tribunales de Brasil.
Muchas personas, incluyendo los defensores de la libertad de expresión e incluso algunos jueces, argumentan que las leyes tienen que cambiarse para lograr una democracia funcional.
En 2012, el mismo año en el que los brasileños se ubicaron entre en los usuarios más frecuentes de YouTube, Facebook FB -2.73%y Twitter en todo el mundo, Google dijo que recibió pedidos para retirar 756 piezas de contenido relacionado a las elecciones. Brasil también encabeza la lista de países en el reporte de transparencia de Twitter para el primer semestre de 2013, con 10 solicitudes judiciales y de agencias del gobierno para quitar contenido.
Google apela muchas de las órdenes en Brasil, incluyendo aquellas que protestan por contenido que acusa a fiscales y jueces de incompetencia y corrupción. Pero en 35 casos en el segundo semestre de 2012, Google tuvo que retirar material después de perder las apelaciones.
En la batalla por el video de Otário, Bradesco ganó el caso contra Google gracias a un artículo de la Constitución de Brasil que garantiza libertad de expresión pero prohíbe el anonimato. La clausula ha sido blanco de controversia, especialmente cuando hace poco el gobierno estatal de Rio de Janeiro la uso para impedir que los manifestantes usaran máscaras durante protestas callejeras.
La cláusula "es algo que es muy anticuado, algo que vería en otro mundo, no en 2013" señaló Lemos. "No tiene ningún sentido".
Google no ha quitado el video y ha apelado el caso ante un tribunal federal en São Paulo. Bradesco declinó hacer comentarios.
En una entrevista con The Wall Street Journal, Otário dijo que valora el anonimato para proteger su habilidad de hablar libremente y para permitir que televidentes de todos los estratos se identifiquen con él. Además de la bolsa de papel, usa un vestido y guantes blancos para cubrir su raza y edad y no quiso revelar su nivel de educación. Su voz es distorsionada a un tono agudo, como el del ratón Mickey.

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