Carlos Chalup
Basándome en la teoría de Humberto
Vacaflor, quien plantea que Bolivia está destruyendo su Estado, entregando el
control del territorio a los jefes de los sindicatos cocaleros, contrabandistas
y avasalladores, identifico dos momentos en ese proceso.
En una primera fase la organización social dice expresar la
defensa de los intereses del territorio y es cuando los jefes de los sindicatos
aprovechan para imponer reglas de auto-sometimiento a los miembros del
sindicato, sobreponiéndose a la ley. Por ejemplo: el control de la propiedad de
los miembros, reglas de aporte obligatorio para todos y el hostigamiento o
expulsión del territorio de los que no se someten. En este primer momento se ha
subyugado a la sociedad civil a la organización que aduce representarla.
En un segundo momento, la organización confronta a las fuerzas
del orden (policía, ejército), obteniendo en caso de fracaso la muerte de
ciudadanos, decesos que son utilizados para la victimización y obtener así mayor
legitimación social. Pero esto no les permite el control total del territorio,
por lo cual esta política de confrontación será repetida hasta alcanzar el
éxito, el cual ocurre cuando las fuerzas del orden tienen pérdidas de vidas
importantes, siempre a manos de francotiradores u hordas, despersonalizando así
la responsabilidad en las muertes.
El pacto de silencio impuesto por los jefes sindicales logra
esta despersonalización de los delitos, poniendo a prueba la voluntad del poder
legal en imponer el imperio de la ley. Poder que se ve ante la encrucijada
perversa, entre una amenaza de confrontación social o la entrega del territorio
y el derecho del uso de la fuerza a la organización sindical.
En caso de laxitud de parte de la autoridad llamada por ley,
los ciudadanos comprenden perfectamente que el control del territorio ha pasado
del Estado a los jefes de la organización sindical.
En Colombia dicho método es aplicado por las FARC, que hacen el
trabajo sucio establecido en este segundo paso.
Desde ese momento las autoridades elegidas bajo los cánones que
establece la ley y sus funciones son simples y decorativas fachadas, ya que el
que impone los candidatos (voto comunitario) y establece reglas paralegales como
normas de cumplimiento obligatorio en el territorio son los jefes de la
organización sindical.
En caso de rebelión de algunos ciudadanos al sistema impuesto,
los jefes de la organización ya cuentan con el poder real (uso de la fuerza
física que incluye castigos punitivos o la muerte) para ejercer su
autoridad.
Las funciones de los órganos del Estado quedan reducidas a
aquellas que la organización considere no estratégicas al control del territorio
o aquellas que le resulten costosas de financiar y útiles a sus fines. En estos
territorios, el Estado ha muerto o anda de parranda…
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