Alejandro Brown I.*
Las
elecciones presidenciales y legislativas en Bolivia están cada vez más cerca, y
el candidato que le tiene que hacer frente a Evo Morales aún no está definido.
A los opositores se les ha ocurrido que el candidato por el cambio de
administración del Estado debe salir de un consenso con las bases, en una
asamblea a realizarse a mediados del mes de junio.
¡Qué
insólito!, ¿acaso Evo Morales consulta a sus bases para elegir a sus acólitos
en el Palacio? ¿Será que la dirigencia de la oposición no se siente lo
suficientemente capaz de elegir a las personas más probas para que nos
representen en la Asamblea Legislativa y se le paren al líder cocalero?
De
momento, lo único que están haciendo es perder tiempo valioso, porque mientras
el Movimiento al Socialismo viene en una sistemática campaña proselitista con
el dinero del Estado desde hace meses, hasta ahora no se sabe por quién va a
votar el pueblo que ya está cansado de la corrupción, el atropello a las leyes
y a los derechos de las personas.
El
próximo 30 de junio es el plazo fatal para que los partidos políticos y
agrupaciones ciudadanas presenten sus listas de candidatos al Tribunal Supremo
Electoral (TSE), para los comicios del
12 de octubre. En el MAS no hay ninguna duda sobre sus candidatos; el binomio
Morales Ayma-García Linera se repetirá por tercera vez –aunque sea
inconstitucional-.
En
la otra vereda aparecen Samuel Doria Medina y su slogan ‘Carajo! no me puedo
morir’, con un escaso porcentaje de aceptación popular; también está Juan del
Granado, que no tiene arrastre en el oriente; mientras que Rubén Costas aún no
sabe para qué lado jalar su carreta pese a que constantemente dice que es
candidato pero no sabe a qué.
Lo
cierto es que Evo Morales, que gobierna desde 2006, busca su tercer mandato, y
esta vez no se conformará con ganar, quiere superar los dos tercios de votos y
escaños: arrasar es la consigna. Así lo pronosticó Miguel Ángel Bastenier,
editorialista del diario El País de España, uno de los más importantes del
mundo.
¿Pero
a qué viene esa necesidad? En una reciente entrevista en Vanity Fair,
publicación poco afecta a lo precolombino, aseguraba el presidente que “no
más”, que había que dar paso a otras generaciones. Pero son bastantes los que
en Bolivia creen que la magnitud de su victoria puede ser indicador o pretexto
para cambiar de opinión. Da por sentado que “Evo ganará sin despeinarse”,
mientras la oposición “sigue deshojando la margarita en torno a una candidatura
única que sea capaz de plantarle cara al caudillo, hasta ahora imbatible”.
El
presidente, convertido en oráculo de la Bolivia indígena, ha desplegado en los
últimos meses una gran actividad para amueblar de lujo su victoria. El
politólogo Horst Grebe subraya cómo “ha puesto en campaña a todo el aparato
público, sellado alianzas con la cúpula sindical, cooperativas mineras,
campesinos y productores de coca, con regalos y beneficios como un aumento
salarial bastante por encima de la inflación”. Eso hacia dentro, pero hacia
fuera la actividad no ha sido menor: “A su estrategia electoral ha incorporado
la demanda contra Chile de restitución de un acceso soberano al Pacífico,
presentada - el 13 de abril de 2013- ante la Corte Internacional de La Haya”,
que reivindica los 400 kilómetros de costa que Bolivia perdió en la guerra de
1879. Con gran habilidad el mandatario ha logrado atraer a una voz crítica como
la del expresidente Carlos Mesa a un comité de reivindicación de la salida al
mar, lo que no ha impedido al veterano periodista y politólogo tachar la
candidatura reeleccionista de Morales de anticonstitucional. Y aun se podría
añadir a la lista de operaciones del lanzamiento en China del satélite de
comunicaciones boliviano Túpac Katari, el 20 de diciembre del año pasado,
aunque haya sido con sobreprecio y una farsa; y muy señaladamente la cumbre del
14 y 15 de junio en Santa Cruz del Grupo 77 + China, una especie de acampada
fraternal del mundo en vías de desarrollo, que agrupa a 133 Estados, bajo la
presidencia de Bolivia en todo 2014.
Y
otra cosa que no se ha dado cuenta la oposición es que Evo Morales ha puesto a
trabajar a sus posibles contrincantes para él. Con esta politiquería del
histórico discurso del mar, el MAS ha alineado a los expresidentes Jaime Paz,
Jorge Quiroga, Eduardo Rodríguez y Carlos Mesa. Paradójicamente todos son
contrarios al ‘régimen evista’ pero nadie le puede decir ‘no’ al mar y han
tenido que ponerse bajo las alas de Morales en esta causa.
Con
Manfred Reyes Villa y Mario Cossío fuera de escena, a Evo poco le preocupa la
oposición dividida que quedó en casa, porque hasta el momento no logra enroscar
un proyecto viable que modifique las encuestas.
Y
no es que no se pueda, material hay, y bastante. Los escandalosos casos de
corrupción, extorsiones, nepotismo, tráfico de influencias e intromisión en la
justicia deberían ser utilizados hábilmente por la oposición para desenmascarar
a este gobierno, pero todos guardan un silencio cómplice.
Lo
que se viene con la Cumbre del G77 será el coronario de Morales. Se ha gastado
y se está gastando la mayor cantidad de recursos de los bolivianos en la
campaña proselitista más grande de la historia; puesto que al fin y al cabo la
resolución de la cumbre será un espaldarazo a la gestión de Morales y a su
candidatura. Los delegados de los 133 países que vendrán a Santa Cruz serán
tratados como reyes para que como cortesía apoyen a Evo.
Para
colmo, la reunión se presenta en la ciudad de la ‘Media Luna’ que ha sido el
bastión tradicional de la oposición, que hoy tiene a Evo, sin embargo, como
favorito electoral, compartiendo sonrisas con los empresarios cruceños, que con
su Gobierno ganan más dinero que nunca. En su obra de autogratificación, cuenta
con palmeros excepcionales como el expresidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva,
que en su última visita aseguró que “Bolivia nunca ha estado tan bien como
ahora”.
Para
demostrar su conquista en el oriente, el MAS se atrevió a utilizar al cantautor
Aldo Peña. Si bien el artista no es político y está en todo su derecho de
trabajar, no tiene derecho a
romper la ética, el Movimiento al Socialismo cambió la letra del emotivo himno
de ‘Autonomía carajo’, por ‘Alcemos la mano por Evo, líder del Hotel de las
Américas’, en la misma voz. Una nueva bofetada al pueblo cruceño, es decir que mientras le sirve la
autonomía la usan, así de igual forma mientras le sirva alcen las manos pro
Evo será útil.
Ahora
el MAS ya no tiene más que ofrecer, al desnudo quedaron sus intenciones de
hacer del poder un negocio.
En
ese panorama triunfal no han dejado de aparecer, sin embargo, brotes de
sarpullido que podrían infectarse. A fin de abril estalló una insurrección
masiva de suboficiales que protestaban por la situación material en que vivían,
de los que 715 fueron inicialmente pasados a retiro. Muchos creyeron ver
entonces el anuncio de una ruptura entre el Gobierno y uno de sus aliados
privilegiados. Militares y policías, absorben cerca del 50% del Presupuesto y
la gratitud de la cúpula castrense se ha dejado sentir expresando su adhesión
al proceso de cambio, así como en la sustitución del grito de guerra
“subordinación y constancia” por el de “Patria o muerte, venceremos”, donde el
eco del castro-chavismo suena como tintineo de dólares.
¿Le
ha hecho daño al presidente la revuelta de subalternos? Encuestas recientes
reflejan un apoyo popular de un 34%, muy lejos del Himalaya habitual por encima
del 60% en el que ha vivido nuevamente el jefe del Estado. Y es que hay un
desgaste del poder por rechazo al continuismo y a la megacorrupción que la
propaganda oficial no puede tapar.
Ante
las elecciones de octubre, una oposición cuyas figuras más representativas son
Juan del Granado, candidato del MSM (Movimiento Sin Miedo); Rubén Costas,
gobernador de Santa Cruz, por el MDS (Movimiento Democrático Social); y el
cementero Samuel Doria Medina, del Frente Amplio, tiene poco que hacer ante el
líder cocalero, digan lo que digan encuestas coyunturales.
El
presidente es un viejo zorro aunque solo tenga 54 años, y todo parece jugar a
su favor: La fiebre mundialista cobra temperatura y hasta el presidente se
pondrá en onda para debutar en la escuálida Liga del Fútbol Profesional. Así,
con circo de por medio, el deporte concentrará la atención del público antes de
que los ajetreos preelectorales ganen de nuevo impulso. El mandatario es un
futbolista frustrado y, si el gremio cocalero del que procede hubiera tenido
selección, seguramente habría destacado en ella.
Por
otro lado algo que ha dejado en evidencia y mencionado por el publicista Raúl
Peñaranda hace un dramático colofón: “Evo Morales lo tiene todo a su favor:
maneja a su antojo los recursos del Estado, sujeta con mano de hierro un bloque
de medios de comunicación, controla la Justicia y manipula movimientos sociales
y sindicatos. Aun así, no está claro el margen de victoria; que si fuera corto,
en el caso de que la oposición lograra unirse, constituiría una buena noticia
para la maltrecha democracia boliviana. Pero, al contrario, una victoria amplia
implicaría fortísimos desafíos para la libertad de expresión, los derechos
humanos y, en general, toda la sociedad”.
¿Realmente
pasará? La respuesta a esta interrogante la veremos luego de los comicios de
octubre. Mientras tanto, esperemos que a la oposición no le ocurra lo que al
camarón que se durmió, y se lo llevó la corriente.
No
olvidemos que somos "Hombres Libres".
Por
ello "Siempre libres cruceños seamos"…
Perseguido Político.
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