domingo, 30 de abril de 2017

Dividir Bolivia con tijera


Alejandro Brown I.*

La única forma en la que Se hubiera podido separar Santa Cruz de la Sierra de Bolivia hubiera sido recortando el mapa político con una tijera. No sea ridículos señor Presidente y Vicepresidente. Eso es más falso, absurdo e imposible. Conteste, como podía Ser separar Santa Cruz, supongamos que hubiera tenido las ganas o las intenciones, en primer lugar la vocación autonomista del pueblo cruceño siempre se manifestó a favor de ser parte de Bolivia? En segundo lugar, como hubiera podido hacerlo? Con un equipo de supuesto 5 Súper héroes  armados de cachivaches de museo? Por favor, dejen de mentir y de pensar que somos bestias o tan ingenuos para tragarnos la píldora del separatismo, admitan de una vez que la verdad les estrelló su satélite de abusos y arbitrariedades.

Por ello "SIEMPRE LIBRES CRUCEÑOS SEAMOS"....

Perseguido Político.

domingo, 16 de abril de 2017

Evo Morales y sus acólitos ante La Haya

Alejandro Brown I.*

La evidencia más clara de la total sumisión del Poder Judicial a los designios del Ejecutivo, es el absoluto irrespeto de su  majestad la Ley. Está claro que 8 años  de esta telaraña que tuvo en su momento el gran trasfondo de desbaratar a la oposición. 

Se demuestro la ausencia total de evidencias, violación del debido proceso, incumplimiento de los plazos máximos de 3 años del Código Procesal Penal. Al mismo tiempo se observa el abuzo de poder y manipulación del gobierno cuando declara El Ministerio Público, en primer lugar está buscando la dilatación del proceso, en una búsqueda de favorecerse y posteriormente cuando así lo vean por conveniente; llevarán el juicio a la extinción . 

Es válido aclarar que  desde el inicio del proceso  la suerte estaba echada,  es sentenciar a todos a cualquier costo. 6 de los imputados ya fueron sentenciados porque fueron extorsionados con su libertad y los obligaron a someterse a un juicio abreviado y asumir culpabilidad para poder obtener su libertad. El resto de los imputados  seremos sentenciados. 

La complicidad de los fiscales ni el actuar criminalmente del tribunal de sentencia han podido probar absolutamente nada. Y es justamente por eso que está muy claro, no solo somos inocentes sino que somos las  víctimas de la judicialización de la política y de la persecución cruenta e infame.

Este caso terminará con una sentencia viciada de nulidad, firmada por la sangre y las lágrimas derramadas, será un precedente funesto y la eterna espada de Damocles que llevará a Evo y sus acólitos  ante La Haya por persecución política y crímenes de lesa humanidad, allí nos volveremos a ver.

Alejandro Brown I.*

Perseguido Político .


8 Años del Caso Rózsa

Alejandro Brown I.*



Después de atropellos y vulneraciones a los derechos humanos, con traslados forzosos, actos ilegales innecesarios y persecuciones, el Tribunal Primero de Sentencia expresamente dio la razón a todos los que sostuvieron desde un principio que el supuesto caso de terrorismo debe llevarse en Santa Cruz.

Pese a la negativa del fiscal Marcelo Sosa, con sus temores infundados,  la Justicia trasladó el juicio a sus orígenes tras realizar un tour con los acusados por La Paz, Cochabamba y Tarija.

"Este Tribunal dispone el traslado del juicio a Santa Cruz, con el justificativo  de seguridad de los imputados aquejados con dolencias", dijo el juez Sixto Fernández, delante de los 19 imputados que asistieron a esa sala y lo hicieron entonando el himno nacional.

Los sindicados celebraron así la decisión porque Santa Cruz; es la ciudad donde estaban las pruebas y donde sucedieron los supuestos hechos,  lugar de donde nunca debió salir, debido a que fue allí donde el 16 de abril de 2009 la policía realizó un sangriento operativo contra unos extranjeros que dormían en el Hotel Las Américas, operativo que durante este tiempo ha sembrado muchas dudas, luego de la revelación de videos y afirmaciones que dan cuenta de una ejecución extrajudicial bien preparada, que fue utilizada por el gobierno del MAS con fines políticos,  para descabezar a la oposición ciudadana y cívica.

Con la huida de Marcelo Soza al Brasil, quedó demostrado el montaje perpetrado por el régimen de Evo Morales. Así mismo, Ignacio Villa Vargas en su declaración afirmó que Eduardo Rózsa y su amigos no salieron del Hotel Las Américas el 15 de Abril en la madrugada y quienes colocaron el artefacto explosivo en la casa del Cardenal Julio Terrazas, fueron Walter Andrade S. (Miembro de la UTARC), Marilyn Vargas V. (Miembro de la UTARC) y el agente de inteligencia Luis N. Clavijo Castro.

Ya van  8 años de esta telaraña que tuvo en su momento el gran trasfondo de desbaratar a la oposición, que se agrandaba y desenmascaraba el fascismo de este gobierno. Ante este peligro, los ideólogos centralistas, ayudados por serviles y traidores a las reivindicaciones ciudadanas del oriente, logran desarticular el movimiento, pero no un movimiento terrorista ni separatista, sino el movimiento de sentimiento puro del pueblo que quería mejores días y el respeto a su derecho universal de pensar distinto.

Por todo ello, abogados y analistas han profetizado que el Caso Rózsa quedará archivado, ¿será acaso ésta una salida para que el Estado boliviano y sus actores no reciban una sanción internacional por sus accionar en este caso?, esta acusación injusta y falsa de parte del Ministerio Público contra personas inocentes puede quedar en nada porque ya estamos llegando al tiempo en que es posible plantear un recurso de extinción de la acción penal por máxima duración del proceso, es un recurso legal y legítimo a no ser perseguido indefinidamente, si en tres años el gobierno no ha podido encontrar una sentencia y no le interesa, por lo visto, lo que está haciendo es maniobrar para dilatar el caso.

Alejandro Brown I.

Perseguido Político.

miércoles, 5 de abril de 2017

Frente al abuso de poder, el poder del individuo

Irma Velasco Prudencio*


El drama íntimo de los presos y refugiados políticos hiere a toda la nación; desborda la esfera individual para ensombrecer nuestras instituciones. Cada ciudadano preso o exiliado, con sus derechos constitucionales quebrantados, refleja una temible verdad: los bolivianos perdemos la libertad.

Con cada guantazo dado al estado de derecho, el gobierno del Mas nos pone a prueba como un niño caprichoso. Si cedemos, si consentimos que se rajen las delicadas pero indispensables convenciones en torno a las cuales construimos nuestra democracia, el siguiente paso será siempre más malcriado, más villano.

Por ello, en la celda del injusto encierro de cada ciudadano cabemos todos los bolivianos. Una única persona traicionada por las instituciones que debían protegerla, nos representa.

Así, resulta melancólicamente actual el artículo que el escritor italiano Roberto Saviano publicó el 18 de noviembre de 2011 en el periódico La Repubblica. Entonces, Saviano se refirió al caso (Alfred) Dreyfus –un oficial de artillería del ejército francés, de origen judío, condenado a cadena perpetua, siendo inocente, por la acusación de traición a la patria en un proceso fraudulento a finales del siglo XIX- y la carta abierta, titulada J’accuse (Yo acuso), que el novelista francés Emile Zola escribió al presidente de Francia Félix Faure en defensa del joven militar, detallando todo lo que era falso en el caso.

Cuenta Saviano que el escritor francés interrumpe su actividad de novelista y se dedica a la escritura del célebre panfleto porque intuye que junto a la defensa de aquel singular individuo está en juego la custodia de la República francesa, destinada, caso contrario, en palabras del autor de Gomorra, a derrumbarse en medio del silencio cómplice de una monumental injusticia realizada como el más obvio de los actos.

Algo había entrado en el cuerpo del escritor francés para atormentarlo como una fiebre, dice Saviano, cuando se decidió a escribir el alegato que se publicaría en la primera plana del diario L’Aurore el 13 de enero de 1898. Sería, a juzgar por las palabras de Zola, una urgente necesidad: “Es mi deber: no quiero ser cómplice. Todas las noches me desvelaría el espectro del inocente que expía a lo lejos cruelmente torturado, un crimen que no ha cometido”. En 1906 se anula la sentencia y el capitán Dreyfus es reintegrado al ejército.

Ese tormento positivo, que incomoda el alma como una espina, es el que puede evitar que nos acostumbremos al horror como parte de la vida cotidiana. Esa fiebre del espíritu debe rechazar que nos adaptemos, como lo hace el enfermo a las dolencias del cuerpo para seguir viviendo, a una sociedad que está enferma.

Por eso nos sirve tan profundamente el ejemplo de Emile Zola. Que los espectros de los inocentes no nos abandonen. Valgámonos del lenguaje oral y escrito para distinguir el bien del mal, en el debate público y en la vida íntima; durante el almuerzo con la familia, en una cita con los amigos, entre los colegas de trabajo, que toda ocasión sea buena para hablar de lo que ocurre, señalando sin temor las injusticias. Probablemente así, los sentimientos individuales pero comunes a todos, como el amor, la amistad, la solidaridad y el deseo de justicia nos guíen a la hora de defender la democracia con el voto.

Hablemos de los perseguidos políticos de nuestra Bolivia en pleno siglo XXI, de aquellos que están encerrados, de quienes ven vulnerado su derecho a la presunción de inocencia, entre tantas aberraciones judiciales corrientes en los días actuales; hablemos de los que se ven obligados a partir y vivir de forma artificial porque no eligieron separarse de sus familias. Digamos sus nombres, recordémoslos y suframos junto a ellos, porque al hacerlo, nos estaremos salvando todos: ellos y nosotros.   

 Irma Velasco Prudencio

Escritora y Periodista