“¡Vaya! cómo se
llamaba”
(¡Lo que es la nostalgia!) y de pronto, cuando vuelves a
tu rutina diaria y tratas de retomar el camino de vuelta a casa te encuentras
de frente con aquellos compañeros y amigos del Grupo Scouts Británico que
también han variado, precisamente, hoy su ruta de vuelta a casa.
Lo primero es la mirada de sorpresa y ese calorcito en
los cachetes (mierda... ¿por qué me pongo rojo a mi edad?¿por qué tengo esta
sensación de vivir en el ‘87). Nos saludamos, llamándonos por el apellido (creo
que él y ella tampoco se acuerdan de mi nombre) e intercambiamos unas tontas
palabras de cortesía (profesión, trabajo, matrimonio, hijos…). Es una sensación
extraña, porque cuando iba a clases o a las reuniones de los sábados, se
sentaban cerca o era de mi patrulla Scouts, también era uno de mis mejores
amigos. ¡Vaya! ¿cómo se llamaba?
Y de pronto nos ayuda el recuerdo. ¿Estabas viendo el
recuerdo? Sí, hacía mucho que no pensaba así. Ni yo. Y la conversación se vuelve
de lo más fácil en estos chat de WhatsApp. “Qué burrera”, me dice, miramos este
pasado "fotos" con cariño con lo mal que lo pasábamos en algunos
campamentos. Bueno, le contesto optimista, nos lo pasábamos bien. Mira esta
foto. ¿Te acuerdas cuando subíamos por aquella mesa y nos colgábamos de la
portada de nuestro subcampo y cuando Tania, preparo una obra de teatro con los
lobatos? Sí! Vos te acuerdas cuando fuimos a dar serenata y las tres hermanas
con viruela, nos saludaron del balcón en aquella casa bonita luego todos
teníamos que caminar hasta el Mercado
Los Pozos para poder tomar Trufis.
-Sigue veintipico años después…y será que ellos
recordarán de los buris improvisados que programábamos después de las reuniones
de los días sábados.
Y de pronto recordamos mil detalles tontos. ¿Te acuerdas?
joder, qué mal que lo pasábamos cuando en algún campamento no lo dejábamos
dormir y nos castigaba con ejercicios, el jefe Alex. O cuando fuimos Jamboree
de Cochabamba, donde también tenemos algunas anécdotas vividas.
Y así varios minutos. De un saludo entrecortado e
incómodo a una conversación animada y reconfortante. Oye dame tú móvil, vos
también; tendríamos que hacer un junte, ¿Han visto a alguno de estos
últimamente? Ellos tampoco les habían visto hacía mucho. Nos damos la mano, y
nos prometemos que en la próxima nos tomamos algo y recordamos más tiempo,
porque hoy los tres tenemos prisa.
Es curioso cómo de pronto un olor, un sonido o una cara
en una foto abren la caja de Pandora y recuerdas sin esfuerzo tantas cosas que
no se han conseguido borrar con los 28 años. Me alegro de haber cambiado hoy de
rumbo y de haber estado ese breve rato tan agradable con, con… ¡Vaya! ¿Cómo se
llamaba?.
Sólo puedo decirles gracias por su amistad y su cariño de
siempre. Gracias por formar parte de mi vida y mis recuerdos. Gracias por estos
28 años... ¡Y que vengan muchos más!
Alejandro Brown
I.
Perseguido
Político.
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